sábado, diciembre 22, 2007

D-CONSTRUIR

Es una película de animación, escrita y dirigida por Eduardo Busnter, fue producida y filmada durante tres años en el Centro de Arte Experimental Perrera Arte.


9 Convocatoria proyectos de artes visuales

lunes, octubre 15, 2007

desparasitación cultural 3

desparasitación cultural 3
perrera arte, domingo 28 de octubre,
parque de los reyes s/n entre cueto y bulnes.




viernes, octubre 12, 2007

Imperdibles

Este domingo 14 de Octubre, conversación con Patricio Manns La Nación Domingo Cultura




después de leer el diario , partieron a ver esta película...


domingo, octubre 07, 2007

Patricio Manns: “Chile ha perdido el tino poético”

A los 70 años, Patricio Manns, habla desde su cautiverio litoral

“Chile ha perdido el tino poético”



· “Este país no valora a sus genios creadores a tiempo y, por el contrario, los deja en calidad de sospechosos”.

· “Si sale la derecha en las próximas elecciones, me voy de Chile. Parto a Venezuela, vamos a hacer una nueva sociedad allá”.

· “Neruda no conocía nada del coa y, pese a ser amigo de Violeta Parra y Abraham Jesús Brito, jamás se topó con la décima”.


Por Antonio Becerro; artista visual y taxidermista

Fotografía; Andrés Gachón



Después de visitar y constatar la entrañable felicidad del oso polar tras noche que nevó en Santiago, llegué a Valparaíso a eso de las 21 horas. En compañía del fotógrafo Andrés Gachón y la doctora Cáterin nos fuimos derechito al Cinzano, donde cenamos al son del clásico “el mundo fue y será una porquería ya lo sé, en el 506 y en el 2000 también”. Luego, camino al hotel, les dije a mis compañeros de viaje: “Por fin le tocó al oso polar. Nieve y mucho frío. Poco se sabe en Chile del oso polar del Zoológico, igual que de Patricio Manns”.

El oso y Pato Manns tienen algo en común. Ambos están allí, aislados, contra la temperatura y el paisaje, sin séquitos, secuaces ni galardones.

El novelista, poeta y creador de temas musicales conmovedores como “La tregua”, “Cuando me acuerdo de mi país” y “Palimpsesto” nos recibe en su amplio departamento frente al mar.

-¿En qué esta Pato Manns a los 70 años?

-Hago canciones y trabajo con el Banco Estado, como las pymes. Así como los pescadores reciben préstamos para ponerles motores a sus botes, el banco produce mis discos y se distribuyen en presentaciones fantásticas.

-¿Cómo observas el ambiente creativo de Chile?

-Es que yo vivo acá, en el litoral, y estoy muy desconectado de todo. A veces asisto a algún congreso en París o la Universidad de Playa Ancha y allí me entero de cosas.

-¿Pero ni siquiera te informas a través de los medios de comunicación?

-No veo televisión. Leo cosas de historia y miro películas de repente. Además, lo que pasa es que la narrativa chilena está pasando por un mal momento: la gente que esta ahí, es gente que también ejerce la crítica literaria. Son una pila de pendejos que están en una bodega y se tiran flores entre sí. Yo no creo en esa gueá. Ese (Alejandro) Zambra y no sé quien, la Patricia Espinoza, son toda una sucesión. Un ghetto como de 20 personas.

-¿Ghetto?

-Sí, y hay otros como el de Camilo Marks y Germán Marín. Se han metido en la (editorial) Sudamericana, donde yo también trabajé. Conozco a Marín, pero nunca me ha saludado y sé que tenemos una vieja cuenta que arreglar. Aunque talvez nunca se llegué arreglar, porque eso fue antes del golpe militar. Él hace como que no me conoce y, en realidad, nunca me ha conocido realmente. Mira, cuando lancé “Diversos instantes del reino”, la presentación en la Biblioteca de Santiago la hicieron José Miguel Varas y Volodia Teitelboim, ambos Premio Nacional de Literatura. Era por cierto un hecho cultural, pero ni siquiera lo consideraron. Allá ellos. Yo no paso por los críticos chilenos. En cambio, en Argentina me respetan muchísimo; vengo llegando de un congreso de filosofía en San Juan.

-Bastantes camisas de fuerza en el mundo literario.

-En “La Tercera” han llegado a crear espacios para sacarme la cresta. Un día, cuando me premió el Consejo del Libro por unos cuentos, Camilo Marks criticó en dos páginas centrales cinco de mis libros. Me hizo tira y lo tituló: “Premio al sospechoso”, cosa que a mí no me va ni me viene. Lo que tendría que hacer la crítica es ayudar a comprender a un escritor y no sacarle la cresta de entrada. Después de haber trabajado un par de años en un libro, cómo puede venir un maricón de mierda a decir cualquier gueá. En cambio, Javier Edwards publicó un artículo en “El Mercurio” sobre “Diversos instantes del reino” y la presentación decía: “Edwards critica los excesos en novela de Patricio Manns”. Era una muy buena crítica, porque contenía una observación. Eso no significaba que rechazara el libro entero.

-Me estabas hablando de un congreso…

-Sí, vengo del Segundo Congreso Internacional de Filosofía, organizado en Argentina. El primero fue realizado en 1949, en Mendoza, con Perón. ¿Tú crees que en Chile alguien me invitaría a un congreso de filosofía?

-¿Por qué crees que no te invitan?

-La ignorancia. Aquí, la gente que domina la cosa cultural no conoce la cultural. Además, existe mucha arrogancia. Yo no estoy en ese círculo, ni tengo esos vínculos. Conozco a la ministra (Paulina) Urrutia y nos saludamos, pero nada más. Tampoco ando rodeando a la Michelle (Bachelet). Yo trabajé en su campaña en Santiago, Valparaíso, Talca y aquí, en Viña del Mar, pero nunca pedí nada, ni una pilcha.

-¿Cómo se ve la cosa Bachelet?

-Mantengo ciertas reservas, como eso de quedarse al margen del voto a Venezuela por los problemas que tiene la Democracia Cristiana con (Hugo) Chávez. Puede que Chile se quede fuera del proyecto de energía más importante del último tiempo en América Latina por una rabieta ideológica. Brasil, Argentina, Bolivia y Venezuela van a tener una red de energía en la que Chile no figura. Eso es grave. Ha habido muchos errores no forzados y ventajas para la oposición. Si sale la derecha en las próximas elecciones, me voy de este país. Parto a Venezuela, donde tengo un hermano. Vamos a hacer una nueva sociedad allá, una sociedad con una verdadera consejería cultural y todo.

-¿Tienes alguna relación con los artistas jóvenes, con la poesía urbana, el hip-hop, rock, funk?

-No sé, a mí me gusta la música. No hay nada que se compare con las grandes obras maestras.

-¿Pero eso no es quedarse un poco pegado? Estamos en otro tiempo, con nuevas posibilidades rechitativas, sonoras y armónicas. Hemos descubierto nuevas alfabetizaciones de la música. No hay comparación alguna con los clásicos.

-Sí, puede ser. Además, yo soy músico baladista; no folklorista. Ahí está la cosa.

-¿Y “Concierto de Trez-Vella” está en la balada o en un camino clásico andino experimental?

-Son todas baladas, incluso “Arriba en la cordillera”. No tienen que ver ni con la cueca ni con la tonada. Efectivamente, “Concierto de Trez-Vella” es una obra bastante jodida y el componente armónico que tiene es avanzadísimo.

-A mí también me gusta su poesía, que resulta como una clase de filosofía. ¿Qué queda de ese Pato Manns?

-Estoy haciendo cosas mucho mejores que esas.

-¿Tanto así?

-O sea, trato de intentarlo. Puedo hacer cualquier cosa que se me ocurra. Lo que pasa es que “Concierto de Trez-Vella” es un gran tema. Tiene un arreglo de tipo clásico y los que cantan conmigo son los Intillimani. Ahora, yo no hubiese metido tanta quena, porque lo bajan un poco; habría incorporado una trompeta potente, para romperlo estructuralmente. Es una gran balada, que dura 15 minutos. Hay otras, como “La Araucana”, de 8 ó 10 minutos.

-Pienso que tu poesía y tu música gravitan por un puro concepto interpretativo. Quiero decir que es muy difícil que alguien interprete uno de tus temas, pues tienen una impronta muy marcada por la vida del compositor.

-No creas tanto, Denisse Malebrán cantó finamente y voló alto con “Arriba en la cordillera”.

-¿Y “La balada de los amantes del camino de Taverney”?

-Ahí tienes razón, con esa no se la puede nadie. Lo que pasa es que tiene como cincuenta acordes que cuestan. No es llegar, tomar la guitarra y hacerla, porque es un tema autobiográfico.

-Yo conquisté varios amores con ese tema, era como mi caballito de batalla.

-Sí, me han presentado hasta guaguas en honor a ese tema. Me han dicho: “Esta niña salió por ‘Los amantes de Taverney’”.

-¿Te importa hacer escuela o dejar algún legado en Chile con tu métrica y música?

-No tengo ninguna vocación de instructor paracaidista. Y valga la imagen, porque cuando estudie canción salté en paracaídas.

-Como Altazor.

-Claro, porque se trata de hacer una cosa que tiene que ser nueva. Es decir, desde el punto de vista mío, desde aquí adentro. Lo que pasa es que mi formación cultural es muy potente. Conozco la poesía desde niño. En mi casa había una biblioteca con unos tres mil volúmenes, no un maletín cultural como el que se pretende regalar hoy día. Y allí, a los 8 ó 10 años, empecé a escribir poemas. Mi madre era profesora, tenía libros de poemas, recortes de poemas y antes en Chile en cada libro o diario aparecía un poema. Ahí conocí a Gabriela Mistral, las primeras cosas de Neruda y una pila de poetas españoles. Entonces, si alguien quiere seguirme, tiene que empezar por recorrer ese camino y luego dominar la poesía. Aquí vienen a verme poetas jóvenes y hablamos horas de poesía. Es una falencia si no pueden hacer un soneto. Tienen que partir con los sonetos. Hay una cadencia interna y una cadencia exterior. Y hay unas rimas internas y unas rimas externas. Y cuando haces sonetos o décimas estás al principio del camino. Yo estudie décimas desde niño y luego lo hice en Francia. Tengo un trabajo que se llama “Pablo Neruda y la poesía popular”. Neruda nunca pudo hacer una décima y era amigo de decimistas como Violeta Parra y Abraham Jesús Brito, que improvisaba décimas y además hacia sonetos perfectos e imperfectos. Pero Neruda nunca se topó con la décima.

-¿Y qué tal Roberto Parra?

-Roberto era un gallo muy sincopado. Era choro, en el sentido que dominaba un lenguaje popular exquisito. La cueca, esa del vivaracho, es una joya de la poesía popular y el coa chileno. Neruda no conocía nada del coa. Yo iba almorzar con él y se nos ocurrió hacer una obra juntos, que está desaparecida en este momento y que busco por todos lados. Es como una novela cortita sobre sus escritos. Es de 300 páginas y está para filmarla. Es un libro cinematográfico hecho en prosa que se perdió después que él se fue de embajador a Europa. Después de las giras por México y Europa, en el 67, nos sentábamos a trabajar y a Neruda se le ocurrió hacer la Fundación Cantalao para poetas jóvenes. Por ahí desarrollamos la novela de cuatreros. Neruda me decía que hiciéramos una película y que yo escribiera el guión.

-¿También hiciste guiones?

-Una vez trabajamos en eso, en un viaje en tren de nueve meses. Se trataba de hacer una obra mensual y nos pagaban por eso. En aquellos tiempos, la Fundación Rockefeller financiaba a diez escritores para que trabajaran ocho horas diarias y después salíamos de parranda, chupábamos, comíamos y tirábamos. Y así salían las obras. También conocí a Raúl Ruiz en Concepción, en un taller de teatro. Yo era redactor de la revista “La patria”. Raúl tiene una sensibilidad muy especial y un pensamiento muy refinado. Allí se juntaban Enrique Lihn, Efraín Barquero, Jorge Teillier y otros gallos de la universidad.

-¿Por qué no se da eso ahora?

-No sé, los fondos y las postulaciones son muy engorrosas. Hoy sería imposible que te dieran financiamiento en cualquier institución cultural para proyectos de esa envergadura. Los artistas son dudosos ante la autoridad y esta nueva sociedad de mercado. Imagínate que… ¿cómo se llama ese gueón que canta como mongólico y que anima el Festival de Viña del Mar? ¿Sergio…?

-Sergio Lagos.

-Ese gueón me saludó como maestro y, segundos después, como también vota, lo hizo contra mi tema “Para variar”. Por eso no gané el Festival. Son pequeños detalles, pero llenos de mierda. La insensibilidad del mercado y del medio cultural farandulero en Chile es una locura. Hablan de ellos mismos en los medios, aparecen en todos los canales casi a la misma horas y, al día siguiente, vuelven a repetirse en los diarios como si fueran los únicos habitantes de Chile, cuando hay cosas mucho más importantes y graves de que preocuparse. Ahí esta la responsabilidad moral y política de los que dominan la cultura. Y después se sorprenden por la marginalidad, el costo social y los estallidos de violencia.

-“Chile ha muerto”, como dijo Pablo de Rokha. Y eso que por estos días están dando un premio al mejor de los chilenos.

-Yo soy el menos chileno de todos. Imagínate que ni siquiera me han dado el Premio Nacional de Música.

-No me extraña: tampoco se lo dieron a Violeta Parra, Víctor Jara y, si mal no recuerdo, ni siquiera al maestro Claudio Arrau le tocó.

-Estos tipos son muy maricones. Y eso que ya no hayan a quién dárselo; el año pasado se lo otorgaron a un pianista. Tú podrías conseguir el apoyo de “La Nación” para que me nombren como candidato (ríe). Chile ha perdido el tino poético, se pasaron al otro extremo. Chile no valora a sus genios creadores a tiempo y, por el contrario, los deja en calidad de sospechosos.

-Cuando llegó la democracia, algunos esperábamos una mayor participación de los artistas retornados, dada su experiencia. Pero eso no fue así y, por el contrario, la institucionalidad se llenó de sujetos neuróticos, de maletín y celular, titulados como gestores culturales. ¿Qué piensas de esto?

-Lo que pasa es que me vine a trabajar al litoral y he conservado un perfil bajo; ni siquiera hago clases en la universidad. Tampoco estoy en Santiago ni en la farándula. Lo mío es leer y leer, aunque también dosifico el día con tiempo para sentarme a escribir. Mi primera lectora y única promotora es Alejandra (Lastra, su mujer), que es sicóloga. Ella es argentina y yo estoy súper sicoanalizado, igual que todo el pueblo argentino. Por eso son tan buenos para la pelota. Chile entero debería sicoanalizarse.

-A propósito de psicología profunda, ¿qué te pareció el funeral de Pinochet? Pronto se cumplirá un año de aquella puesta en escena.

-Una provocación monstruosa; fue más que un funeral de Estado. Este gobierno no tuvo los cojones para anticipar y parar a ese pendejo militar que habló y sacar en el acto a toda la plana mayor del Ejército. Con la muerte de Pinochet la cosa se ha tranquilizado un poco, pero nadie responde por la guita que se llevaron. Pinochet se robó cientos de millones, pero eso no es considerado un ataque al Estado. Estamos viviendo dos tipos de valores. Por eso digo que, si en este país no puedo vivir con lo que sé hacer, entonces es legítimo salir a robar.

-Lanzas postmodernos.

-Ahí está el caso de (Sebastián) Piñera. El tipo recibe un turro de información privilegiada, hace tremendos negocios, paga una multa y no le sale ni por curado. En Francia, un ministro de Mitterrand se mató tras ser acusado de aprovechar información confidencial. ¿Crees que Piñera tendría el mismo coraje? En fin, yo no soy político, no me gano la vida en eso y nunca he postulado a nada. Sólo analizo y he escrito algún ensayo. Con el Estado no tengo nada que ver.

-Oye, y vivir en esta zona, en un departamento como éste, no es una contradicción para un artista de izquierda.

-No, porque aquí hay treinta años de trabajo y un esfuerzo en conjunto con la Alejandra, que trabaja en las Naciones Unidas con un sueldo decente. Vivo en un edificio de momios. Imagínate la paradoja: aquí abajo venía de vacaciones el fiscal Hernán Torres Silva, el que desarticuló el Frente Patriótico Manuel Rodríguez y que hoy está procesado.

-Bueno, tengo que partir. Si vas por Santiago llámame y programamos algo en La Perrera.


-Lo único que necesito es una cama. Una vez me alojaron en un hotel y resulta que era un hotel parejero, de esos que te cierran con llave, porque hay otras parejas. No vaya a ser cosa que pilles a una ministra corriendo en pelotas por los pasillos, ja,ja, ja, ja . Fue horrible esa experiencia. Por eso te repito: si me ponen una buena cama, voy a Santiago.

sábado, septiembre 15, 2007

Desde mi celda

"El final es importante, como en todas las cosas"
Dedicado a mi maestra.


Fotografía: Andrés Gachón


Queridas, estimadas hermanas y compañeras. Al final de este rodaje quiero decir a todas aquellas que recibieron insistentemente varios de mis mail, hablando siempre desde mi misma. Que no fue otra cosa que interpretar desde mi encierro él yo, yo-pensante…. Desde mi celda, yo, la cruda y la absoluta realidad. Por eso escribo tanto y ahora a modo de explicación solo quiero decirles, que fueron textos de una mujer encerrada. No valla hacer cosa que piensen y sé lleven la mala impresión que yo soy una egocéntrica.
Solo escribo en primera persona y relato hechos. Que más podría hacer desde mi celda. Estoy presa hace muchos años y que más puedo hacer, sino escribir desde mí.
Desde mi encierro mantengo una prudente distancia y a veces se me nubla la visión. Como la luna llena mirando a la tierra.
Desde mi celda he pensado en " La cantidad de veces que uno se equivoca cuando cree conocer una persona". Aquí he corroborado que no sabemos nada de las señales externas y que somos unas gueonas pavas en el lenguaje de la atracción, ¿Qué sabemos de la fuerza de atracción?
Aquí he conocido a través de mi condena a un montón de hermanas. Algunas terribles y otras no tanto. Casi inverosímiles.
Pero desde que llego la Rucia mi periodo en esta cárcel fue como si una jaula hubiese bajado desde el cielo. Ella trajo mas encierro y como toda primeriza altero nuestras rutinas. Yo envidiaba esos ojos café que reflejaban locamente algo. No sé a través de ellos tenia acceso ha espiar la libertad.
Voy a relatar estos hechos
En este periodo conocí a una la Raulito y su comadre la Negra. De cómo llegaron aquí a esta perrera por ahora no es relevante. Las dos eran una dupla tóxica y peligrosa, como muy bien ustedes saben, mis queridas y únicas hermanas. Sin embargo un día descubrí en un cuaderno que se le cayo a una de ellas un texto que nunca se me va a olvidar hermanisimas mías. Decía lo siguiente;
" Aquí estoy una vez más sentada
a la diestra y siniestra del hedor
con los codos apoyados en el hueco putrefacto
del gigante de cemento, de la ciudad señor.
Cimiente destructora de ilusiones y esperanzas
Hacedor de inconsecuencias de los hombres
Utero carroña incrustado en las entrañas
De una metrópolis prostitutamente enorme.
Engrillome de las manos un civil corrupto
Lo envidiaba dijo, no sé que balanza enmohecida
Que por tener yo honestidad, no le era grata
Y que imitar al ladrón de guante blanco no podía.
Al no poder pagar mi libertad en ese instante
Entregáronme a un guardián verde oliva
Quien se haría cargo de mí electrocutando mi cuerpo
Y en una caja fuerte mi maldad encerraría.
Su cobarde y artera felonía no impidiole
Engrillarme por los pies y amordazarme
Hurgando con sus palos mis heridas
Y llevarme al juez verdugo a condenarme.
Senteciáronme sin mas, a una oscura y profunda
Incertidumbre
Y seguiré sentada a la diestra de la farsa
El soborno y la justicia serán mi claustro eterno
Y a la siniestra, mi celda oscura y fría
Encerraran solo mi cuerpo, por el tiempo de los tiempos"
Esto es lo que estaba escrito en el cuaderno de la Negra. Salió poeta la cabra, pero en realidad a mi nadie me saca de la cabeza que sé lo escribió esa Rucia. Yo las llegué a querer con el tiempo igual que a las otras hermanas del grupo.
Con ellas aprendí que hay que estar preparada para el escape y no para la libertad. Por que la realidad es irremediablemente irresoluta. De modo que hay que abrazarla con todo. Con lo bello y lo horripilante. Con el desconsuelo y la alegría. Nadie puede cambiar esto. Yo no escribo esto de soberbia, sino que he crecido aquí en esta mi celda. Y desde aquí entiendo que todo es igual que afuera; la vida no tiene explicación, ni aquí adentro en esta jaula, ni cuando yo creí gozar de libertad afuera. Jamas he encontrado ha nadie con las ventanas del pecho abiertas.
Del amor mucho y poco he tenido y ahora me cae la teja de que la muerte sé encuentra en la mente. La muerte inevitable esta en la mente. Por ejemplo anoche soñé queridas hermanas y únicas amigas que era arrastrado por olas tremendas que me arrojaban al gran fuego. Aquí todos los días sin falta alguna, uno debe considerarse muerta.
Tanto allá como acá hay que comprender las cosas desde su propio camino. Por eso hay que buscar el camino. Si hubiera que decir en una palabra cual es la condición de estar presa, seria "servir al servidor" y sobre todo dedicarse al cuerpo y el alma. Solo un sueño puede decir que el mundo que vivimos aquí, es un poquito diferente al de allá afuera. Aquí todo toma forma de la nada y "la inexistencia es la nada".
La vida es una sucesión de un momento, tras otro momento y únicamente no existe ninguna aspiración. Actualmente se ha perdido todo sentido de permanencia a sí mismo. Aquí adentro de tanta contemplación he descubierto que la memoria no es fiable, sino traicionera, ya que puede cambiar los colores, los olores, la música y las palabras. Aunque el hombre vive solo de recuerdos, estos se distorsionan y son apenas una interpretación irrelevante de lo acontecido.
" Nada como los hechos; ellos son notas y evidencias claras".
Pero el espíritu es una era, por eso aquí adentro una saca el mejor partido de los hechos.
Enrealidadamente mi compañero es el insomnio y mi chocho esta en una vigilia permanente. Estoy tan caliente que podría freír hasta un huevo en mi choro. Perdóneme que hoy me refiera así, pero ya ni el mate ase viajar mi mente. Tengo varios desperdicios en el alma y más de alguna porquería me han metido. Ni siquiera tengo rabia o pena. Solo estoy caliente y mi sangre mensual deja un rastro como todos los heridos de este mundo y la muerte lo sabe.
Parece que me fui en la profunda hermanas, perdóneme pero regreso a lo que les quiero relatar.
Ahora llueve y tengo la imagen tan viva de Camila, (la rucia) conversando en el patio con la abuela con la sombrilla naranja. La difunta que murió en su ley y con las zapatillas puestas. Ya han pasado un par de semanas y aquí la lógica de matar o suicidarse esta presente todo el rato.
Como olvidar a la a tanque corriendo por el pasillo a pies en puntilla, con esa toalla blanca que le enfundaba la cabeza. O roncando con su voz de macho cabrío al final de la celda. Era legal el monstruo, como le decía la negra. Como olvidar a flori y a capitán, los perros que tiraron tarascones a medio mundo para reprimir el con ferocidad el motín de la cárcel.
Aquí en esta cárcel conocí bestias como la Raco. Una guenoa mala de esencia. A mí nadie me saca de la cabeza que no solo se cargo a la abuela, sino a la Laura, su amor y perkins. La Laura, era una mujer con un rostro extraordinario y un cuerpo lleno de detalles. La Raco en cambio era un macho. Era su dueña y dueña también de la cárcel y sus cómplices eran la gendarme Roberta y la doña Astrid, la alcaide de este mierda de infierno. Ella decía " cualquier cosa que necesites, solo me avisas….". Era el veneno mismo, toda una serpiente que exige asombro y reverencia. Yo nunca me quise cruzar con ella y siempre en las duchas o el comedor yo la evitaba. Su brazo era largo y tenia redes afuera con lo mejor y lo peor de la sociedad chilena.
Yo no recuerdo cual fue el motivo para estar tanto tiempo en esta mierda de infierno, pero tengo algunas imágenes flasch bac al ingrese a esta cárcel. Ese mismo día vi a la Rosa esposada y totalmente destruida. Entro a la cárcel con 5 ovoides de cocaína en el interior de su cuerpo. Era una calamidad de mujer. Por mi parte yo pregunte por que estaba detenida y en este lugar. Una compañera muy queridisima mía la Marca Pizarra me dijo " te vino a ver investigaciones, acusándote de tratar de darle un beso a una adolescente". Entonces los caguines volaron.
Aquí en la cárcel hay que andar despacio y con mucho cuidado. Los muros tienen oídos y el silencio es un cómplice peligroso, que siempre anda con el estoque en la mano. Hay que tener capacidad de reacción y ser moldeable a la adaptación. La verdad es mentira y la mentira es la verdad. Las reglas se acatan y se aceptan, pero compartir tu intimidad a cada rato con seres desconocidos es una prueba de fuego brutal.
Existen muchos tipos de mujeres. Están las mamonas que están a todo servicio sin preguntarse o cuestionar nada, solo acumulan odio. Están las que creen en la meritoplogia, es decir, las que creen que el estado a través de esta pocilga las va a proteger y que sé rehabilitarán para incorporarse nuevamente a la sociedad. También existen las que creen en la sociedad del bienestar, ósea, que la justicia vale callampa y que hay que partir de abajo sometiéndose a todo tipo de actividades y vejámenes sexuales. Soborno y trepar con la fuerza de la engañifa hasta alcanzar un estatu en la sociedad penitencial.
Había de todo tipo de personajes. Están las auxiliares que son las típicas desclasadas y que hacen como que sudan la gota gorda frente al patrón y las gendarmes.
Hay internas que yo no las consideraba como hermanas, por que creían que su tiempo funcionaba aquí a punta de pasta, de la coca o del alcohol de meao. Asesinas, estafadoras proxenetas, pedofilas, lanzas, solteras, casadas, alcohólicas, da lo mismo todas con diferentes pintas. Raperas, Rockeras, Hard core, Punk, Trascher, Hippis, Mari machos con mamelucos y tatuajes, enanas resongonas de sueños inquietantes, moscardonas con el culo hundido conmovedormente, criaturas corrientes que muestran la lengua como salvo conducto entre las rejas, en fin, da lo mismo. Todas culpables por cruzar la línea de lo permitido y por transgredir las norma de las buenas costumbre de la sociedad. Inocentes o sospechosas todas éramos unas cucaracha grises en el laboratorio de la justicia manipulado por gendarmería.
Yo tuve algunos problemas con algunas de ellas. Se burlaban de mí y se creían irónicas. Cuando me tocaba a mi dar instrucciones para el aseo, hacían las cosas a regaña dientes, sacaban la vuelta y me ponían caritas.
Otras mas orgullosas de si mismas, me quitaron el saludo y me acusaban que yo aquí, que yo acá. Siempre imponiendo su caga de cuento a las demás reclusas.
Otras simplemente decían que yo no existía, por que no me veían. Y yo empecé a creer realmente que no existía. Así que hacia lo mío de noche y de día con pertenencia y harto esfuerzo. Pero la cárcel no es un hotel para un club de amigos, ni se trata de un concurso de simpatía, por tanto la convivencia era una imposición inevitable y solo había que hacer la pega.
Puras susceptibilidades del encierro. En la cárcel el tiempo y el espacio no son muy diferentes. El tiempo es caprichoso y el espacio es la energía del tiempo.
Pero para que les voy a decir una cosa por otra si hay algo que no soporto es una gueona tonta e idiota. La abuela me dijo un día: "Mira Antonia ten mucho cuidado con las traidoras, que su idioma es la estupidez".
En todo caso todas me caían bien y me lleve super bien con la mayoría de las internas. Como olvidar a las hermanas Zamorano, a la Muriel y su alegría. O a la Claudia y su quietud. O a la Wanchus y sus pintas. Recuerdo en el oído medio y en mi cabeza el Ave María que interpreto la pequeña soprano. Esa ves estuve triste como un hombre.
Con las otras hermanas era solo una cuestión de trabajo.
Igual el ultimo día que estuve con ellas, celebramos el termino del rodaje con una fiesta en un bar. Y créanme hermanas y únicas compañeras, lo estabamos pasando super bien. Bailamos con buena música, bebimos buenos tragos y nos servimos todas contentas una paella. Todo era felicidad para festejar aquel esfuerzo de interminables horas de trabajo y frío. Cuando de la nada se instala una hermana morena ha mi lado y sin mirarme a los ojos me dijo;
"Hay sabes eres una chanta, me caes como las gueas, yo he trabajo con directores de arte y no son como tu. Si esta guea de serial sale mal es por tu culpa. Y sabes, no me mandes mas mails, bórrame de tu lista. "
Yo estaba en coqueterias que me tenían envuelto y bien borracha, de modo que no la quise escuchar mas y empuje a la hermana. Ella se me lanzó encima a tirarme arañazos como loca. La agarre del cuello y la empece a empujar hacia atrás. Vi la mampara de vidrio encima rompiéndose en pedazos y cortándole la cabeza. Pero por un segundo mi angelito me susurro al oído y me dijo; "detente allí". Menos mal que le hice caso o sino estaría nuevamente en la cana por crimen ridículo. Entonces la baje para que se tropezara con una mesa de centro antes de la mampara.
Derrepente estaba sentado en un sillón y tenia a un montón de rostros de hermanas sujetándome; " oye cálmate, relájate gueona, ya para". Respire y exhale. Luego me toque la nariz y tenia un hilito de sangre. En ese momento recorde una ves que estaba en el parque forestal despidiendo a un amigo que partía al extranjero. Cuando de la nada un tipo trata de quitarme la chaqueta. Yo me le tire encima y le raje la cara. De pronto empiezo a sentir algo caliente que me caía de la cabeza. Era un río de sangre de un lumazo. Pues, se trataba para mí mala cuea de un paco de civil. Así que terminé en la peni, por agredir a la fuerza publica.
Bueno regresando al atao de la fiesta, un tipo y la hermana Gamonala me sacaron por el patio del bar donde vi otra ves a la hermana morena y me le fui encima otra ves, pero esta ves con las manos en los bolsillos. Entonces me dio mucha risa, le quería comer la oreja o algo así. Ja, ja, ja, ja. Estaba totalmente borracha. Otra ves me saco el mismo tipo pero con mas violencia. Me llevaron a la fuerza hasta la calle. La Gamonala me sujetaba y me decía; estas muy ebria y la Casandra que presencio esto desde el principio, me convencía de que me fuera y no volviera a entrar. Recuerdo los ojos de la hermana la Raulito mirándome con esa exquisita cara de asombro. La negra me dijo "Antonia no pequis a esa gueona gila, pa que té calentai la cabeza con esa gueona, no vale la pena".
Al otro día estaba caminando por la orilla del mar de Pichidangi y llovía. Llovía sobre el mar y la imagen era total. Era como un banquete sonoro entre la lluvia y el oleaje. Era un día perfecto para mí. Dormí mucho hasta echar globitos. Dormí y descanse como un perro a la orilla del mar.
De regreso en Santiago me fui temprano a la perrera a ver si me topaba con la hermana morena para aclarar cuentas. Pero me encontré con las hermanas karina y Fanny, quienes trabajaban ordenando cosas. Les pregunte por la hermana, pero ellas me dijeron que no se iba a parecer por la perrera.
Al tiempo después me tope con la hermana Manuela y me dijo;
-Hoyé estoy indignada ¿por qué no me invitaron a la fiesta?
-Yo pregunte por que tu no estabas allí, pero todas supusieron que no fuiste no más.
-Umm, nada que ver nadie me aviso.
-Pucha, que lata de verdad te echamos de menos en el carrete. Tal ves ocurrió un error ¿como no te avisaron?. No entiendo.
-Si po, nada que ver- remato la hermana.
Un miércoles mas tarde, me tope con otra hermana y compañera de la cárcel en la calle disfrutando de nuestra libertadisima libertad y me invito a un café. Hablamos y nos reímos mucho de los anécdotas.
-Hoyé y que onda con esa gueona ¿Qué paso en la fiesta?
-Ha no sé, ni idea. Si ni siquiera yo la saludaba en la cárcel. A pesar de que en un tiempo anterior la salve con varias locaciones. No sé, prácticamente en la cárcel ella para mi no existía.
-Y por que crees tu que se fue en esa.
-No, de verdad no tengo idea. De repente de pura cura. Puro jugo.
-Estay loca Antonia, vos no te da cuenta, siempre estay en la tuya. Yo creo que té tenia puras ganas. La gueona fue muy maricona, espero que se fueran las jefas Nicolai y Rosas de la fiesta y apretó los cachetes del culo, se envalentono de pura cura y te fue a puro cagar la fiesta.
-Sí puede ser. No sé. Lo único que me queda claro, es que lo suyo no son las peleas, ni las locaciones.
-¿Es raro no, por que vos no le hiciste nada verdad?.
-No, nada ni siquiera me cae mal. Simplemente no la saludaba. Ni ella, ni su jefa tampoco me saludaban. Pero creo que era sano, solo sé trataba hacer la pega bien y no había para que fingir. Si esto no era un club de amigos.
-Sí, pero eso no era para tanto. Para mí que te envidiaba. O se quería colgar de tu reputación.
-No sé…la ignorancia y la estupidez humana no tienen limites. No es la primera ves que alguien me va a provocar a pito de nada. Hace tres años atrás en un carrete, fue con un gorilon que me enterró un destornillador en el pómulo.
-Haaa, de vera esa ves estuvo hevi metal punk rock.
Con la hermana después del café nos tomamos unos tragos y saco de su cartera unos cigarrillos y un libro. Me leyó lo siguiente;
El hombre inferior
Tiene paso inseguro
Como tiene paso inseguro
A veces se apresura
A veces se atrasa
y como prisa y atraso
disminuyen y aumentam
se opone al movimiento.
El hombre inferior
Aun ocupándose de cosas importantes
Las torna superficiales.
Cuando piensa y acciona
Lo hace con deseos y se confunde.
El hombre inferior es semejante
A un barco frágil en el medio de una tempestad.
!que pequeña es la comprensión
que tiene el hombre inferior
del movimiento!
Nos despedimos con un fuerte abrazo. Después me fui a mi casa hice el aseo, cocine y sonó el teléfono.
-¿hola Antonia soy del diario el Mercurio Artes y Letras, quisiera hablar contigo?
A la mañana siguiente voy llegando a la perrera y bajo la puerta encuentro una carta de amonestación de la municipalidad.
Y el domingo 29, a las 10 de la mañana suena el teléfono.
-Don Becerro, hola habla Raúl Ruiz.
-Hola maestro, como va?- le conteste.
-Bien. Juntemos en mi casa tipo seis. Van estar unos amigos y aprovechamos de hablar de Violeta Parra y vanpiros para mi película.
-Vale maestro, de allá soy.
Definitivamente me suceden cosas. Era el cumpleaños del maestro del cine chileno. Toda una celebridad en la industria del cine Europeo.
Bueno eso es. Y paso por un zapatito roto y tal ves mañana les cuente otro.
Antonia Becerra
Ex presidiaria
Artista visual y Directora de Arte de Cárcel de Mujeres.